Desde los primeros momentos de nuestra vida, abrimos los oídos y recibimos gran cantidad de información sonora: todo nuestro cuerpo se convierte en un maravilloso receptor.

Este proyecto tiene como objetivo principal, implicar al niño en su propio proceso de aprendizaje, convirtiéndolo en “constructores, emisores de sonidos”, utilizando el propio cuerpo como medio de representación y comunicación musical, o expresarse creativamente a través de diversos instrumentos musicales reciclados, motivando la exploración de las posibilidades sonoras de los materiales de desecho, disfrutando con las propias elaboraciones y con las de los demás…

Todas las actividades propuestas fomentan la creatividad, la solidaridad, la socialización, son ricas en posibilidades de integración de los grupos, tienen un carácter lúdico y globalizador porque con ellas no sólo se trabaja la expresión musical, sino también la expresión plástica, dramática y el lenguaje.

Las nuevas tecnologías y la robótica resultan ideales para sistematizar los sonidos, seleccionar piezas musicales que resulten atractivas para los niños, grabarlas y a través de la programación sonorizar los materiales de desecho. Estas actividades, a través del ensayo y error, conducirán a los alumnos a obtener la coordinación del ritmo asociado a la acción.